21 feb 2015

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Te planteo la situación x: Hipotética o no. Digamos que un día, que puede ser hoy, junto coraje y me animo: decido invitar a salir a mi vecina. Morocha infartante, piernas largas, refuerte, 1:85.  Tengo una ventaja primordial, de estatura digamos, ella puede hasta usar tacos conmigo. Ésta chica es morocha, como dije  y vive en el mismo piso que yo, departamento 8.  De ahora en más, la llamamos, Lucy (siempre quise salir con una con ese nombre). Bueno, me pongo lindo. Me esmero. Huelo bien. Le toco la puerta. Toc toc. Hola, soy tu vecino de al lado (sonrío) ¿me das una taza de azúcar? No, este no es buen comienzo. ¿Quién iría tan lindo y aromático a pedirle algo a la vecina? Giremos.  Estoy sentado en el sofá, de entrecasa y quiero salir a bailar. ¿Qué mejor que con Lucy la vecina que está una bomba? Así como estoy, de bermudas y musculosa sin afeitar salgo al pasillo. Además donde va a encontrar uno alto como ella. Toc toc. ¿Querés ir a bailar conmigo? Así no funciona, ninguna chica va a salir con un perfecto desconocido. Rotemos.  Hola, soy Carlos, ¿vamos a bailar? Conocerse es más que saber el nombre. Debería conocerme antes que yo la invite a salir. Quizás hablar un poco en el ascensor. No sé, pensemos… quizás ayudarla a sacar las bolsas de basura o llevarle las compras. Probemos nuevamente.  Hola, soy Carlos, tu vecino, ¿te ayudo? Gracias y me rodea los brazos al cuello y un metro veinte de piernas se me enredan en la cintura. Eso estaría bueno, lo vi en una película yanqui. Aunque, no funciona nunca. ¿Qué tal servicio a domicilio?  Va de nuevo. Toc toc. ¿Te saco la basura? Dale, ¿cómo te llamás? Carlos. Pasate por casa todos los días a las siete y me bajás la bolsita. ¿Qué pelotudez? Nadie sale con alguien tan entregado. Probemos mejor con las mascotas. Hola, soy Carlos, se me escapó el gato. Vamos a buscarlo juntos (Eso de verla subida al árbol en mini tratando de bajar un gato desconocido para mí, es como estimulante). No procedente, seguro que Lucy es alérgica a los gatos y los perros no se suben a los árboles.  Ponete las pilas, vos que estás leyendo, si vos, ayudame, tírame una línea para salir con esa lunga impagable. Seríamos la pareja perfecta. Gracias, ya sé, me pongo lindo, me afeito, me tiro el frasco de perfume y allá vamos. Toc toc, hola soy Carlos… y yo Roberto…Miré para abajo. Me atendió un enano. Parece que a Lucy le gustan los petisos.  

Aida Rebeca Neuah 

7 feb 2015

EL LABERINTO ETERNO DEL HOMBRE




Si acaso encontraras alguna vez aquel portal
El tiempo volverá sobre sí mismo
Lo que es futuro volverá a pasado
Al principio cuando todo comenzó
Si acaso encontraras alguna vez aquel portal
Fragmento de “El Laberinto eterno del Hombre” de J. P Rocket

El profesor Charret se sentó en la banca preocupado. Su experimento para descubrir la puerta a la cuarta dimensión estaba estancado. Después de muchos años de esfuerzo logró construir su increíble “Burbuja Charret” una cápsula que desactivaba la orientabilidad universal (1). La probó en una primera etapa en objetos cuadrados como dados, butacas de madera, cajas fuertes y el cubo mágico de Rubik´s. Éstos elementos especiales habían soportado incólumes el caudal de energía eólica de la cápsula demostrando su hipótesis de que los objetos cuadrados por una cuestión de capacidad espacial en materia podían redistribuir su orientabilidad en todos sus costados del mismo modo. Una vez confirmado esto, el desafío de Charret consistió en  introducir en la “Burbuja” materiales de las formas más diversas: un almohadón de plumas de ganso, una birome Bic, un loro de peluche robado al hijo del vecino; acreditando así que éstos, sufrían una especie de desintegración temporaria por diecisiete minutos (2) antes de volver a su estado natural. Llegado a este punto, las preguntas que se hacía el profesor Charret eran: ¿dónde se escurrían estos elementos al desaparecer?  ¿Acaso cruzaban el portal vectorial cuatridimensional del tiempo? Él estaba seguro que así era. La fama y la gloria lo esperaba al final de camino, solo tenía que animarse a ser un participante activo de la historia y transformarse en el primer ser humano capaz de anular su orientabilidad universal y viajar por el tiempo. Con coraje programó la cápsula para que funcionara automáticamente y se introdujo en ella. Tres, dos, uno cero…
El profesor Charret se sentó en la banca preocupado. Su experimento para descubrir la puerta a la cuarta dimensión estaba estancado. Después de muchos años de esfuerzo logró construir su increíble “Burbuja Charret” una especie de capsula que desactivaba la orientabilidad universal.
Notas:
(1)    Según explica en su libro Pierre Rugget, el famoso físico Austriaco recientemente premiado con el premio “Klonex”: el mundo en el que vivimos, que vemos y habitamos es el resultado de un triple vector (PT) que combina valores de altura, anchura y profundidad. Existe un cuarto valor aislado, que se adjunta naturalmente al PT que es un valor orientativo clásico. Los puntos cardinales entran dentro de estos valores y adquieren una significación extendida cuando se unen a dicho vector dando por resultado la apertura del tan famoso portal a la cuarta dimensión donde al no existir orientabilidad se abren las puertas de tiempo.
(2)    Estudios realizados en la Universidad estatal de Viena demuestran que para nuestro mundo tridimensional, en el que el tiempo se mide por convención de pulsos, la apertura/cierre de un portal con su correspondiente empuje y tire de la hoja lleva treinta y siete segundos cada una, utilizando así un minuto catorce segundos en ello. Quince minutos restantes es lo que el portal está abierto habiendo un resto de cuarenta y seis segundos que se distribuyen uniformemente a modo de separador de acciones.


Aida Rebeca Neuah
Imagen: "Color study. Squares with concentric circles" de  Kandisnky