29 abr 2012

CUESTIÓN DE VIDA Y MUERTE





La muerte es una bella mujer de muchos rostros.
Jugadora empedernida y bebedora entusiasta.

-Servime otro- me ordenó usando la cara de mi tía Luba, una pariente lejana que murió como quiso, arrollada por un carrito de helados Laponia, sus preferidos.
-Che, no soy tu empleado, hablame bien. Es más, éste es buen momento para confraternizar, hacernos amigos- dije sonriendo con esas sonrisas de película en la que al protagonista le brilla un diente de costado (siempre es bueno llevarse bien con las mujeres hermosas, sobre todo si tienen la posibilidad de transportarte sin escalas intermedias al mas allá).
-Tenés razón- me susurró con la cara de Marilyn Monroe y haciéndome besitos con los labios- te hablo bien. Poneme otro trago, por favor. ¿Amigos? ¿Hacernos amigos?  ¿Para qué querría alguien ser mi amigo? ¿Con o sin sexo?
-Se teme a  lo que no se conoce, quiero conocerte  a fondo, saber que pensás, que sentís, como te va en el trabajo, cuando me voy a morir... si la fecha es prorrogable…y que exactamente hay después si es que hay después (Soy todo un galán, con sexo ¿Qué pregunta?)
-Vos me conoces bien, me viste a tu lado silenciosa en cada episodio de tu vida- y se puso la cara de Sigmund Freud.

(¡Qué impresión!, se me fue la libido al subsuelo, además empezar a pensar en consciente, inconsciente y deseos sexuales reprimidos en la niñez me dio como cosita. Por suerte se dio cuenta al toque y cambio a Rita Hayworth.)

- como decía, no soy una desconocida para vos, si  echás un vistazo  en tu pasado vas a ver  mi constante presencia. No veo la razón de que me tengas miedo aunque dicen que los hombres les temen a las chicas lindas e inteligentes (pestañeo constante y reiterado seguido por apertura ocular y mirada de gata).
-Verdad. ¿Por qué te tengo miedo si te veo hasta en la sopa? ¿Será quizás porque morirse es desaparecer, esfumarse sin dejar rastros (en realidad rastros dejamos pero bien que nos ocupamos de enterrarlos o quemarlos)? ¿Será  porque esto de que se acabe la vida de uno, que dejemos de estar donde estamos y ser lo que somos para ir a habitar en el mejor de los casos otra dimensión energética no parece ser un negocio muy rentable? ¿Será que más allá de verme reflejado en las cosas o en las gentes que forman parte de mi vida no aguanto sentirme tan vulnerable ante vos? ¿Será tal vez que escapás  a mi control? ¿Qué será?
Y ahí apareció Doris Day



 A los compañeros de vuelo
Aida Rebeca Neuah
Imagen: "El árbol de la vida" de Gustav Klimt

3 mar 2012

Sol y dar y dad


Las inmolaciones por caída libre están a la orden del día. Entérense señor, señora. ¡Pobres! Pobrecitos los  suicidados, esos que casi nunca  terminan de cumplir enteramente su objetivo y quedan ahí tiraditos todos desarmados.  No sé porque pero ellos  se derrumban, se dejan caer de  balcones a cualquier  altura  y se rompen en pedazos (dos y tres). Todos, sépanlo, todos  nosotros vivimos nuestra  triste existencia  pendientes de un hilo, pero ellos, angustiosos inadaptados  deciden terminar con una vida de congoja y saltan al vacío.  “ABeCe”, nuestra fundación, es una asociación sin fines de lucro  dedicada a dar en un primer momento atención post- traumática a estos pobrecitos, a todos y cada uno de ellos, sin distinción de credo o color. Con más de diez años de experiencia contamos con un par de voluntarios  debidamente capacitados en primeros auxilios, segundos auxilios y  auxilios hasta la enésima potencia. Nuestro trabajo consiste en recogerlos  directamente del lugar donde cayeron  o a donde se tiraron (no importa si es en la vereda, en la calle o en el jardín habiendo tenido que rechazar los casos en los que caen en aguas profundas) y  trasladarlos  a  centros equipados con los últimos adelantos en tecnología tan necesarios para reparar los daños que este tipo de caídas causa. Luego, en una segunda etapa y no por eso menos importante les brindamos asilo en nuestros hogares (si, leyó bien, los llevamos a vivir a  nuestras casas) donde poco a poco, centímetro a centímetro, milímetro a milímetro  les asignamos pequeñas responsabilidades (como por ejemplo sostenernos alguna cosita liviana) para que al fin puedan retornar a la vida útil.  Si bien la cantidad de  voluntarios ha crecido en un cien por cien en el último año (hace un año era yo sola y parece que el ejemplo cunde porque ahora tengo un amigo que me ayuda), no es suficiente para atender  y dar asilo a la creciente cantidad de  damnificados. Les pido, les ruego  encarecidamente que se hagan eco de esta problemática que es ignorada por el común de la gente y por todos los gobiernos del mundo. Tomemos consciencia y actuemos en consecuencia recojamos los broches que se caen de la soga. Atte, ABeCe  Amigos de los broches caídos.

Aida Rebeca Neuah
Imagen: "Al sol" Gustavo Madueño

10 ene 2012

COSOFOBIA


Los caminos de la vida siempre encuentran algún punto de inflexión, un cruce donde  presente, pasado y futuro convergen, curvas en lo que aquello que era lo más común empieza a molestar, corrijo, donde te empezás a ahogar,  comenzás a tener escozor y  lo que alguna vez encontró su sitio adecuado rozando tu piel, ahora  te enerva, te insufla el aire, buscás y no hay  forma de sacarte el coso ese  de encima, maldito karma de tener una madre judía , maldito ese mal congénere  que creó el coso ese, culpa de mi progenitora  y de toda la troupe de mujeres con instintos maternales que vivieron antes que ella y  me obligaron a darle cabida en mi vida, de continuar con el mandato familiar, permitiendo que el coso ese  me agarre del cuello y se obstine  a permanecer aferrado a mí  con una fuerza que no creí que tuviera,  todo mi cuerpo  lucha, trata de soltarse, de arrojar al coso ese  bien lejos, mis pobres manos dejan de responderme, se rinden, aducen que no trabajan en misiones imposibles, a esta altura más que por no poder respirar por la conciencia de que el coso ese  tiene energía  para mantenerme cautiva en contra de mi voluntad  me empieza  a faltar el aire, el tono de mi epidermis pasa de un saludable color rosa  salmón  a un violeta berenjena mortecino , mientras yo más  me  pierdo  en suspiros el coso ese  gana en  fortaleza gracias a mi innegable inutilidad para acabar con su flagelo,  se estiran los minutos en horas, se alargan las horas en días, se dilatan los días en eternidades inimaginables, mi carne torturada por la agonía lejos de ceder se hincha , el coso ese no tiene compasión pues carece de sentimientos ni nada que se le parezca, siglos de  yugo continuo, generaciones y generaciones sufriendo  por esos horribles pasamontañas.

Aida Rebeca Neuah
Imagen: "Retrato para una  bella mujer" de Alejandro Conde López

1 ene 2012

INFINITO



¡Qué lindos son los días con lluvias!-exclamó Burbujas- y los que sale el sol o  los con viento o los que tienen  nubes también, todos los días son bellos y diferentes. La bruja agarró su paraguas a lunares, su bolso fucsia, montó en su escoba y salió. Iba a visitar a su amor que cumplía años, llevaba un obsequio sorpresa, uno que no pesara mucho (Maruja, su escoba, se quejaba si la cargaba con peso y siempre decía que los verdaderos regalos son invisibles, indestructibles y sobre todo livianos). El día de hoy, si levantan la vista hacia el cielo, verán, aquellos que tengan la suerte, a una señora bruja (Burbujas), montada en  su escoba (Maruja) con un pequeño sobre pegado a su corazón.
-Hola, amor- dije atorada con unas pompas que me brotaban de la boca. Los  lectores recordaran que sin poder contenerse, las brujas y sobre todo ésta bruja, cuando ve a su chico, su amor (un círculo que se ubica al costado de su propio círculo que forma el infinito),  le salen globulinas de colores de la boca (1).
- Te traje un regalo, vení.
Lo tomé de la mano y nos sentamos en un banco del parque bajo la lluvia. Saqué el sobre de mi corpiño y se lo di.
“Estar juntos nos hace mejores. ¡Que los cumplas feliz!
Tu compañera de vuelo”
Aida Rebeca Neuah
Imagen: "Portal Dos" de  Ricardo Aliotty


                    (1) El comentario hace alusión al cuento que podrán leer haciendo clic en BURBUJAS.

5 nov 2011

POR LA VIDA





Burbuja, la bruja, no cabe en sí misma. Hoy es una jornada muy especial, esperada desde hace exactamente un año. Hoy, sexto día del onceavo  mes es su cumpleaños (no pregunten cuantos, dejé de contestar esa pregunta cuando cumplí mi cuarto siglo). Ya tiene todo preparado, las velas de colores en forma de estrellas, la alfombra de nubes, la torta de luna llena.
-Bienvenidos todos- dije mientras repartía un ponche verde de kiwi y menta- tomen asiento en la nube con su nombre, ahí… ahí, entre los jazmines. 

“Este año quiero agradecer sus presencias en mi vida, dándoles algo, un regalo, algo que se multiplique, que se disemine en el mundo contagiándolo. Algo que no tenga remedio, ni solución, ni enmienda de ningún tipo.”

La bruja burbuja se paró frente a todos sus amigos elevó los brazos en actitud mística. A medida que sus  brazos subían las comisuras de los labios se arqueaban, los pómulos se abultaban, un hoyuelo se acentuaba y crecía  por enésima vez  una maravillosa sonrisa. Imposible resistirse a  la simpleza de la magia más antigua, en segundos todos sonreían.

"Cada uno de ustedes recibe el encargo aquí y ahora de sembrar esta sonrisa primero  en sus labios, para que prospere, se hinche y exceda  plantándose en todos nosotros."
Lejaim

Aida Rebeca Neuah
Imagen: "El Cumpleaños" de Marc Chagall

30 oct 2011

REQUISITOS BÁSICOS

MIRADAS-23 | Cuadro


“Caballero de edad muy avanzada, sin familia, enfermo, busca persona o pareja que quiera darle compañía y cuidados sencillos. Ofrece a cambio la propiedad del inmueble a su deceso”. Terminé de escribir el papelito y se lo di a la chica de la agencia. Me sonrió.
 Usted sabe señorita… Rosa, me llamo Rosa. Vos sabés Rosa, lindo nombre, hay una flor que se llama así. Rosa, me viene bien cualquier persona con buena voluntad. Prefiero  una señora, las mujeres  tienen esa sensibilidad especial, esa visión de los conflictos que las hace únicas. Le corrijo y le escribo “señora” don Fermín. ¿Señora?… ¿dije señora?… bueno quise decir una señora joven, la juventud empuja, va para adelante y eso es lo que estoy necesitando, mucha fuerza y mucha garra. La chica que venga que no sea muy alta ni muy baja, a las altas les cuesta agacharse y con las petizas me duele el cuello cuando hablo con ellas. A  mí me gusta mirar a  la persona a la cara cuando le hablo, Rosa, que hermosos ojos tenés. Lindo nombre rosa, hay una flor que se llama así. Le agradezco don Fermín. ¿Quiere que la muchacha le cocine? No, siempre tengo en mi habitación almendras, chocolates, quesos, cerezas y alguna bebida espumante, no hace falta que me cocinen. ¿Qué le charlen? No hace falta, sabes Rosita… rara vez salgo de mi  habitación, converso mucho con mis amigos por teléfono, claro, todos están lejos y no pueden venir a visitarme, charla  es lo que me sobra. ¿Qué lo bañen? Tampoco, quizás un poco de ayuda para entrar en el jacuzzi, sabés que esas escaleras son muy resbalosas. Rosita, entre nos, yo casi no me levanto, pasaríamos mucho tiempo en la cama. Don Fermín ¿y qué van a  hacer en la cama? ¿Qué podemos hacer?… jugar a las damas.

Aida Rebeca Neuah
Imagen: "Miradas-23" de José Vicente Boix Fenollosa 

23 oct 2011

INSTRUCCIONES PARA LLEGAR A TUS OJOS


Matriz

En un día claro, de sol brillante, me ubico a una distancia de no más de veinte centímetros, con el astro rey 
iluminando tus facciones.  Miro hacia adelante. Tu semblante y el mío quedan paralelos. Suspiro. Mi cerebro tarda unos minutos en  dejar de vagar por tu  cuerpo y focalizar  en  tu rostro. Fijo  mi primera  mirada en la T que dibujan las  cejas y la nariz. Esa  zona que en otras personas no tiene ningún fin, es la perdición de mis sentidos. Allí  nacen espirales giratorios que salpican colores pasteles al son de tus sonrisas.  Sigo mi  camino hacia tu boca, donde nacen tus besos. Los  labios descansan, se mueven con lentitud urgente. Bajo a tu mentón, fascinada,  tobogán de pendiente perfecta, me veo minúscula saltando en él, una y otra vez, riendo. Subo  por los  pómulos escalonados hasta  llegar a tus ojos ( pantallitas circulares del ver, canales de acceso directo  a  tu ser)  coronados de pestañas  que me  escriben palabras. No  siempre las  comprendo. Cierras, abres, cierras abres. Leo tu mensaje, son voces nuevas, desconocidas. Tus ojos se expresan en tonalidades, en profundidad. Me incitan a adentrarme y cobijarme en colores. Me atrapan, me amparan y me juegan a las escondidas, me divierten, me encandilan, me obnubilan. Apresando  mi vivir en tu mirada.


Aida Rebeca Neuah
Imagen: "Matriz" de Francisca Ulloa Rodríguez